Aunque este blog no tiene en principio la finalidad de hablar de cine, de vez en cuando no voy a poder evitarlo. Lo siento, es una debilidad personal, y si sólo me dedico a temas de política y actualidad acabaré con mis huesos en un psiquiátrico. Aprovecho esta breve puntualización para anunciar otra cosa: si queréis proponerme un tema para futuras entradas, estoy totalmente abierto a sugerencias. Ya está, al grano:
Hoy he visto Alicia en el país de las maravillas. versión 3-d, en el imax. Ya sé que se estrenó hace tiempo, pero me ha costado bastante ir por dos motivos principales. El primero, que como sigan subiendo el precio de las entradas me va a salir más rentable cogerme un avión y ver el rodaje. El segundo, que la cosa me olía a chamusquina desde hacía tiempo y tenía un poco de miedo por lo que me podía encontrar. Si me hubiera fiado de mi presentimiento ahora tendría 12 euros más en mi bolsillo. Las palomitas se las compra su padre, por cierto.
Que conste también que soy la última persona en el mundo que va a criticar a alguien por sus gustos personales. Pero para mí Alicia ha sido un tocado y hundido después de varios intentos infructuosos con el 3d. La película no pasa de entretenida, y las carencias del guión, personajes y diálogos las puede ver cualquiera que tenga oídos. No quiero hacer spoilers, así que me limito a una anécdota: a mi lado había sentados unos niños que miraban a la pantalla con un pasmo que yo tomé por atención total a los efectos visuales. En un punto de la película en que el sombrerero propone por tercera vez la archiconocida adivinanza "¿En qué se parecen un cuervo y un escritorio?", uno de ellos se volvió a su padre y le dijo: "Papá, ¿por qué repite todo el rato esa tontería?". Por un lado me duele porque desde que era un crío me han encantado las películas de Burton. Por el otro... pensé lo mismo después de el Planeta de los simios y luego cogió Tim y se sacó de la manga la fabulosa Big fish. A ver si hace lo mismo el año que viene.
En qué se parecen un cuervo y un escritorio. Cuando leí esa frase por primera vez sonreí y pasé días buscando solución al acertijo. Siempre que releo Alicia no puedo evitar volver a reirme al llegar a esa parte, es fantástico que un libro tenga ese poder de regresión infantil. En cambio, al pronunciarla Johnny Depp me dio vergüenza ajena. Que conste que no me gusta comparar películas con novelas, porque son medios artísticos distintos que en todo caso se complementan (de hecho, si una película es demasiado fiel al libro casi que prefiero que no la hagan. Una adaptación que no propone nada nuevo es algo innecesario, siempre). Pero aun así, la diferencia de reacciones entre una obra y otra dice mucho ya de lo que supone la Alicia de Burton. Ni más ni menos que lo mismo que Furia de titanes o Avatar: producciones frías, bombardeos de imágenes y poco más. Si digo que de las tres la más salvable en cuanto a argumento fue Furia de titanes (que se me hizo entrenida, lástima que pagar de más fuera una estafa) os podéis hacer una idea de las otras dos. Sí, que Avatar es preciosa. Que los efectos son increíbles. Pero que todo lo demás es más plano que el encefalogama de un adoquín me parece innegable. ¿Aun así entretienen? vale, lo admito. Y no me voy a poner gafapasta pidiendo obras complejas de la muerte porque el cine de entretenimiento es también necesario. No es que el séptimo arte se vaya abajo, ni que ahora todo sean efectos especiales: siguen saliendo producciones interesantísimas y muy complejas que conviven con el cine palomitero, tanto el que está bien hecho como el que no.
El problema viene cuando ese cine más popular que NO está bien hecho empieza a ganarle terreno al que sí. Yo entiendo perfectamente que una gran mayoría de la audiencia prefiera veinte veces una película como Indiana Jones a otra como el séptimo sello. En según qué momentos, yo también. Lo que no entiendo es que haya tantísimos que prefieran esta Alicia a Cómo entrenar a tu dragón (lo mejor que ha hecho Dreamworks y, esta vez sí, con un 3d que merece la pena). Es más, últimamente (y me temo que el fenómeno va a crecer) cualquier película de acción con efectos especiales que se precie TIENE que salir en 3d o no vale nada para las distribuidoras (que es por lo que una peli rodada en 2d como Furia d titanes fue "reconvertida" a ultima hora, con penoso resultado). Lo que importa es la forma, aunque eso suponga que el contenido sea un refrito horrible o un guión plagado de gracias malas. Quizá, después de la experiencia con los dragones, la animación en 3d se salve de la quema (ya decidiré después de que salga Toy Story 3, también en 3d), pero en lo que al resto se refiere tanta tecnología no deja de ser un vestido bonito para tapar una mona muy, muy fea. ¿Que hace un par de décadas que ocurre esto con las superproducciones? pues lo mismo sí, pero que ocurriera cuando el cine valía 5 euros máximo duele menos que cuando vale 13. Y encima les sale el asunto redondo porque si dice "bueno, seguro que es una peli espectacular, pero prefiero verla en mi casa" tiene que haber alguien cerca que suelte la máxima de "qué dices, esa es para verla en el cine. ¡Que es en 3d!".
En fin, que viva el cine de pasar el rato, pero como los consumidores no dejen de tragarse todo lo que les echan y empiecen a quejarse de la mala calidad de las "espectaculares obras en 3d" que están saliendo y por salir o del precio que cuesta verlas, me parece que el sector se va a dar un batacazo gordo, por mucho que desde la academia se intente respaldar esta tecnología para que la gente siga gastándose el dinero en vez de bajarse la películas. Casi me meto en historias de descargas, pero eso ya otro día.
Hoy he visto Alicia en el país de las maravillas. versión 3-d, en el imax. Ya sé que se estrenó hace tiempo, pero me ha costado bastante ir por dos motivos principales. El primero, que como sigan subiendo el precio de las entradas me va a salir más rentable cogerme un avión y ver el rodaje. El segundo, que la cosa me olía a chamusquina desde hacía tiempo y tenía un poco de miedo por lo que me podía encontrar. Si me hubiera fiado de mi presentimiento ahora tendría 12 euros más en mi bolsillo. Las palomitas se las compra su padre, por cierto.
Que conste también que soy la última persona en el mundo que va a criticar a alguien por sus gustos personales. Pero para mí Alicia ha sido un tocado y hundido después de varios intentos infructuosos con el 3d. La película no pasa de entretenida, y las carencias del guión, personajes y diálogos las puede ver cualquiera que tenga oídos. No quiero hacer spoilers, así que me limito a una anécdota: a mi lado había sentados unos niños que miraban a la pantalla con un pasmo que yo tomé por atención total a los efectos visuales. En un punto de la película en que el sombrerero propone por tercera vez la archiconocida adivinanza "¿En qué se parecen un cuervo y un escritorio?", uno de ellos se volvió a su padre y le dijo: "Papá, ¿por qué repite todo el rato esa tontería?". Por un lado me duele porque desde que era un crío me han encantado las películas de Burton. Por el otro... pensé lo mismo después de el Planeta de los simios y luego cogió Tim y se sacó de la manga la fabulosa Big fish. A ver si hace lo mismo el año que viene.
En qué se parecen un cuervo y un escritorio. Cuando leí esa frase por primera vez sonreí y pasé días buscando solución al acertijo. Siempre que releo Alicia no puedo evitar volver a reirme al llegar a esa parte, es fantástico que un libro tenga ese poder de regresión infantil. En cambio, al pronunciarla Johnny Depp me dio vergüenza ajena. Que conste que no me gusta comparar películas con novelas, porque son medios artísticos distintos que en todo caso se complementan (de hecho, si una película es demasiado fiel al libro casi que prefiero que no la hagan. Una adaptación que no propone nada nuevo es algo innecesario, siempre). Pero aun así, la diferencia de reacciones entre una obra y otra dice mucho ya de lo que supone la Alicia de Burton. Ni más ni menos que lo mismo que Furia de titanes o Avatar: producciones frías, bombardeos de imágenes y poco más. Si digo que de las tres la más salvable en cuanto a argumento fue Furia de titanes (que se me hizo entrenida, lástima que pagar de más fuera una estafa) os podéis hacer una idea de las otras dos. Sí, que Avatar es preciosa. Que los efectos son increíbles. Pero que todo lo demás es más plano que el encefalogama de un adoquín me parece innegable. ¿Aun así entretienen? vale, lo admito. Y no me voy a poner gafapasta pidiendo obras complejas de la muerte porque el cine de entretenimiento es también necesario. No es que el séptimo arte se vaya abajo, ni que ahora todo sean efectos especiales: siguen saliendo producciones interesantísimas y muy complejas que conviven con el cine palomitero, tanto el que está bien hecho como el que no.
El problema viene cuando ese cine más popular que NO está bien hecho empieza a ganarle terreno al que sí. Yo entiendo perfectamente que una gran mayoría de la audiencia prefiera veinte veces una película como Indiana Jones a otra como el séptimo sello. En según qué momentos, yo también. Lo que no entiendo es que haya tantísimos que prefieran esta Alicia a Cómo entrenar a tu dragón (lo mejor que ha hecho Dreamworks y, esta vez sí, con un 3d que merece la pena). Es más, últimamente (y me temo que el fenómeno va a crecer) cualquier película de acción con efectos especiales que se precie TIENE que salir en 3d o no vale nada para las distribuidoras (que es por lo que una peli rodada en 2d como Furia d titanes fue "reconvertida" a ultima hora, con penoso resultado). Lo que importa es la forma, aunque eso suponga que el contenido sea un refrito horrible o un guión plagado de gracias malas. Quizá, después de la experiencia con los dragones, la animación en 3d se salve de la quema (ya decidiré después de que salga Toy Story 3, también en 3d), pero en lo que al resto se refiere tanta tecnología no deja de ser un vestido bonito para tapar una mona muy, muy fea. ¿Que hace un par de décadas que ocurre esto con las superproducciones? pues lo mismo sí, pero que ocurriera cuando el cine valía 5 euros máximo duele menos que cuando vale 13. Y encima les sale el asunto redondo porque si dice "bueno, seguro que es una peli espectacular, pero prefiero verla en mi casa" tiene que haber alguien cerca que suelte la máxima de "qué dices, esa es para verla en el cine. ¡Que es en 3d!".
En fin, que viva el cine de pasar el rato, pero como los consumidores no dejen de tragarse todo lo que les echan y empiecen a quejarse de la mala calidad de las "espectaculares obras en 3d" que están saliendo y por salir o del precio que cuesta verlas, me parece que el sector se va a dar un batacazo gordo, por mucho que desde la academia se intente respaldar esta tecnología para que la gente siga gastándose el dinero en vez de bajarse la películas. Casi me meto en historias de descargas, pero eso ya otro día.